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REQUISITO PARA PROYECTOS QUE FINANCIA

Institutos Nacionales de Salud de EE.UU. exigirán compartir datos de investigaciones públicamente

Manrique Vindas Segura
Cesar A. Parral
19. 05. 22

A partir de enero del próximo año 2023, los Institutos Nacionales de Salud (NIH por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos de América (EE. UU.), comenzarán a exigir a los investigadores (as) e instituciones a quienes financia proyectos, que incluyan un plan de gestión de datos en sus solicitudes de subvenciones y que pongan esta información a disposición del público.

La Dra. Henriette Raventós Vorst es profesora e investigadora de la Sección de Genética de la Escuela de Biología e investigadora del Centro de Biología Celular y Molecular (CIBCM-UCR). Para algunas de sus investigaciones ha recibido importantes financiamientos de los NIH y otros organismos internacionales.

El mandato de la organización estadounidense no tendrá efectos solo en ese país, si no en todo el mundo, porque el NIH es el mayor financiador público de investigación biomédica del  planeta y actualmente suministra fondos a unos 300.000 investigadores (as) y 2.500 instituciones.

Compartir y evaluar

Esta medida pretende no solo facilitar al público el acceso a los resultados de la investigación biomédica realizada con fondos públicos, sino también la disponibilidad de los datos científicos que permita validar y replicar los resultados de la investigación.

En parte esto se debe a que un estudio reveló, al tratar de replicar importantes investigaciones sobre el cáncer, que menos de la mitad de los experimentos evaluados pasaron la prueba de rigurosidad científica, lo cual podría implicar que en los EE.UU. se gastan miles de millones de dólares en investigaciones irreproducibles que utilizan métodos deficientes.

Estos estudios irreproducibles no solo desperdician el dinero de los (as) contribuyentes, “sino que también socavan la confianza pública en la ciencia. Queremos asegurarnos de que estamos cumpliendo con la inversión de la nación y fomentando la transparencia y la responsabilidad en la investigación”, dijo a la revista Nature, Lyric Jorgenson, directora asociada de política científica en los NIH.

La nueva política estipula que “los investigadores (as) deben compartir los ‘datos científicos’ necesarios para validar y replicar los resultados de la investigación, independientemente de si los datos se utilizan para respaldar publicaciones académicas".

Sin embargo, hace una excepción en los casos en que el intercambio de datos supondría una carga legal, ética o técnica significativa. NIH recomienda que estos datos se compartan solo en un depósito de buena reputación y en última instancia, los investigadores (as) decidirán dónde cargar la información.

Pero sobre este punto el término demasiado amplio de "datos científicos" ha dejado a algunos (as) investigadores (as) confundidos (as) acerca de exactamente sobre qué información se les pedirá que compartan y cómo establecer qué datos podrían ser útiles para otros (as) investigadores (as).

A partir del 25 de enero del 2023 todos los proyectos que recopilen datos científicos y presenten solicitudes de financiamiento ante los NIH deben incluir un plan de 'administración e intercambio de datos' (DMS por sus siglas en inglés) que especifique el "software" o las herramientas necesarias para analizar los datos, cuándo y dónde se publicarán los datos sin procesar y cualquier otra consideración especial para acceder a esos datos o distribuirlos.

Los (as) funcionarios (as) del programa de los NIH revisarán el plan DMS cuando se completa un proyecto de investigación o cuando vence su subvención, para asegurarse del cumplimiento de la nueva política. 

Interrogantes y preocupaciones

Entre las interrogantes de los (as) investigadores (as) está la cantidad de trabajo adicional que requerirá el cumplimiento de este mandato.

Otro aspecto a considerar es que la mayoría de los laboratorios e instituciones no cuentan con administradores (as) de datos que organicen y eliminen los datos, lo cual recaerá probablemente en los (as) propios (as) investigadores (as), quienes deberán dedicar más tiempo a organizar sus datos.

Estas nuevas tareas de gestión de datos puede que consuman parte del los fondos otorgados para la investigación, sin embargo la nueva política otorga ciertas partidas presupuestarias que los (as) investigadores (as) pueden agregar a sus propuestas para compensar los costos del cumplimiento del mandato.

La Dra. Henriette Raventós Vorst es profesora e investigadora de la Sección de Genética de la Escuela de Biología, e investigadora del Centro de Investigación en Biología Celular y Molecular (CIBCM), de la Universidad de Costa Rica (UCR), además  es parte de la Junta Directiva de la Sociedad Internacional de Psiquiatría Genética (ISPG, por sus siglas en inglés), y participa activamente en el consorcio latinoamericano – LatinGenomes - de la Alianza Internacional para el Estudio de las Enfermedades Crónicas (ICDA, por sus siglas en inglés). 

Para sus investigaciones ha recibido importantes financiamientos de los NIH y otros organismos internacionales. Sobre las implicaciones de la nueva política de Este ente estadounidense para los (as) investigadores (as),  la Dra. Raventós comentó que según su criterio y experiencia estos requerimientos no son del todo nuevos.

Repercusión en Costa Rica

La Dra. Raventós aseguró que “hace al menos diez años hemos elaborado planes para compartir datos cuando recibimos financiamiento del NIH que se liberan cuando se acaba el proyecto. Compartir datos es importantísimo para el avance del conocimiento”. 

A su juicio lo que es nuevo y positivo “es que ahora parece posible que los datos generados en Costa Rica, en América Latina, en África, por ejemplo,  se puedan almacenar y compartir desde un repositorio desde la Región y no desde un repositorio en una universidad o instituto de investigación en EEUU. Así lo estamos planeando para el consorcio de LatinGenomes de la International Common Disease Alliance (ICDA) , para tener repositorios desde América Latina con nuestros resultados.

“En segundo lugar, la obligatoriedad de compartir datos sobre investigaciones con resultados negativos también es muy importante porque usualmente estos se pierden al no poder publicarlos. Es necesario conocer cuando algo no funciona, una prueba molecular, un nuevo medicamento, etc..” 

Por otro lado la Dra. Raventós expresó su preocupación por la capacidad para limpiar, almacenar y analizar datos o muestras biológicas en biobancos. Preocupación que ya ha sido externada por la científica a diferentes instituciones nacionales, relacionadas con la investigación en salud.

La Dra. Raventós recalcó que Costa Rica tiene un potencial enorme para la investigación en salud, por lo cual dijo que se deberían unir las  fortalezas de las instituciones involucradas.

La científica aseguró que esto toma especial importancia  “ahora que el énfasis está en aumentar la diversidad de las poblaciones estudiadas y las agencias internacionales tienen la mirada puesta en Latinoamérica, África y otras regiones menos estudiadas de Asia. 

“Latinoamérica tiene el 8% de la población mundial pero menos del 1% de los resultados de investigación es sobre nuestras poblaciones. Podríamos conseguir financiamiento del NIH y otras grandes agencias internacionales, pero necesitamos desarrollar la capacidad para limpiar, almacenar y analizar estas enormes cantidades de datos”.

Finalmente, la Dra. Raventós concluyó explicando que “desde LatinGenomes estamos trabajando para que estas colaboraciones nacionales y latinoamericanas prosperen, con el fin de demostrar nuestro potencial con los estudios que estamos realizando y solicitar entonces más fondos, ojalá ya con una estructura para los repositorios locales o regionales”.

VER ARTÍCULO DE NATURE 

La Dra. Henriette Raventós Vorst es parte de la Junta Directiva de la Sociedad Internacional de Psiquiatría Genética y participa activamente en el consorcio latinoamericano – LatinGenomes - de la Alianza Internacional para el Estudio de las Enfermedades Crónicas.