Concretamente estuvieron trabajando durante tres meses en el Centro AMES, en Moffett Field, en el Silicon Valley de California, en los Estados Unidos de América (EEUU).

Los jóvenes ingenieros participaron en el desarrollo y mejoramiento equipos y programas informáticos de la nueva generación de robots que se usarán en la Estación Espacial Internacional para apoyar a los astronautas. A estos robots se les ha denominado Astrobee.

Ticos y Astrobee

Astrobee es un robot en forma de cubo que mide solo unos 30 centímetros de cada lado. Está perfilado para hacer investigación en el espacio, ya sea de forma automática o por control remoto desde la Tierra.

El robot puede llevar a cabo una amplia diversidad de experimentos, para lo cual dispone de compartimentos que le permiten recibir cargas útiles enviadas allí por investigadores (as) interesados (as) en utilizar esta plataforma de Astrobee.

Estas cargas útiles pueden estar en la forma de equipos y programas; o bien solamente programas o aplicaciones similares a las de los teléfonos inteligentes. 

Durante su pasantía, la estudiante de la UCR Mariela Rojas realizó el diseño mecánico de una de esas cargas útiles de Astrobee,  que es un evaluador de los puertos internos del robot, denominado “Port tester” en inglés.

​Por su parte,  Jonathan Rojas y Sergio Vargas se trabajaron en el desarrollo de programas informáticos de simulación de Astrobee.

Rojas colaboró en el diseño del programa que se usa para probar la programación a cargo de Astrobee, denominado en inglés “Astrobee Robot Software”, antes de instalarlo propiamente en el robot.

Rojas explicó que su misión consistió en mejorar este programa informático de simulación para hacerlo mucho más amigable de usar, accesible y liviano, con el fin de que pueda correr más eficientemente en las computadoras de quienes deseen hacer pruebas.

Por su parte, Vargas trabajó en el diseño del programa que se usa para controlar los equipos que van a evaluar el correcto funcionamiento de Astrobee cuando esté en el espacio.

Vargas explicó que su aporte fue básicamente en el programa de control de la máquina, para lo cual recurrió a herramientas de ingeniería, mejorando algoritmos y las características de seguridad.

Mentor científico

El Dr. Andrés Esteban Mora Vargas, actualmente es ingeniero e investigador de la NASA y trabaja en el proyecto Astrobee desde hace tres años.

Es doctor en ingeniería aeronáutica y espacial de la Universidad de Tohoku, Japón, con una especialidad en robótica móvil para exploración planetaria.

Él fue el principal promotor de que los jóvenes ticos fueran convocados, evaluados y admitidos para ser parte del desarrollo de estos robots espaciales, ya que la pasantía de estos jóvenes no forma parte de un programa regular, sino que surgió como resultado de una gestión específica del Dr. Mora.

Con la intención de reclutar a los mejores estudiantes, Mora recurrió a profesores de la UCR y del ITCR, de donde se enviaron unos de veinte currículos. El equipo de Astrobee de la NASA entrevistó a los finalistas y de ellos se eligieron a estos tres pasantes.

Desde el inicio, los postulantes no sabían que estaban concursando por un internado en la NASA, pues  solo se les dijo que era para una oportunidad de pasantía en ingeniería en EEUU. 

Sobre ello el Dr. Mora dijo que “me siento muy complacido de la apuesta que hice al elegir a estos jóvenes costarricenses. He recibido muy buenos comentarios y evaluaciones del extraordinario desempeño de estos muchachos en sus respectivas labores del robot Astrobee”.

Afirmó que su intención es brindar oportunidades a jóvenes costarricenses similares a las que él tuvo en su momento.

“Yo creo que en la vida hay que ser agradecido y mi intención con este esfuerzo es abrir puertas y oportunidades a otras personas esforzadas, de la misma forma que don Franklin Chang Díaz lo hizo conmigo cuando estaba en NASA en Houston”, explicó el Dr. Mora.

A lo cual Vargas, de 24 años de edad, respondió que “no hay palabras para explicar lo muy agradecidos que estamos con Andrés Mora por haber pensado en darle esta oportunidad a otros costarricenses como nosotros. Jamás me imaginé que podría estar acá”.

Lo mismo opina Mariela Rojas, de 26 años, quien sostiene que “Andrés ha sido un mentor para mí desde hace mucho tiempo. Gracias a su apoyo me fui a estudiar a Japón y con él trabajé en el proyecto Irazú y ahora estoy acá en NASA.

“Es un honor y una gran alegría hacer esto, saber que uno puede y que en NASA la gente no tiene duda de que los costarricenses podemos, gracias a él y a que nos dieron la oportunidad de mostrarles nuestro trabajo”.

Los tres estudiantes afirman que esta experiencia les cambió la vida en el plano profesional y personal.

Así lo confirma Jonathan Rojas de solo 22 años de edad y para quien este viaje a EEUU es el primero que realiza al extranjero. “Esto ha sido una súper experiencia. Es muy impactante entrar por las puertas de estas instalaciones donde dice NASA y ver la réplica del transbordador espacial y saber que uno viene a hacer lo suyo aquí, que tiene esa oportunidad. Me siento profundamente agradecido con Andrés y con nuestro profesor y guía Milton, del ITCR”.

Los costarricenses concluyeron su pasantía a finales de octubre del 2018. Desde la NASA expusieron los resultados de su trabajo el 30 de ese mismo mes en una teleconferencia realizada en la Academia Nacional de Ciencias de Costa Rica (ANC), donde profesores y estudiantes universitarios escucharon las experiencias de los pasantes ticos. 

Sobre la teleconferencia, Dayana Mora Solórzano, directora ejecutiva de la Academia Nacional de Ciencias, destacó que “nos sentimos muy alegres de celebrar el aporte de costarricenses  en ciencia de primer orden y reiteramos nuestro compromiso de apoyar desde la ANC todas estas iniciativas, porque en Costa Rica hay mucho talento”