La primera computadora para aplicaciones científicas que llegó a nuestro país se puede apreciar ahora en el vestíbulo de la Biblioteca Carlos Monge Alfaro de la Universidad de Costa Rica (UCR) en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio en San Pedro de Montes de Oca.
Matilde brindaba servicios a los investigadores (as) universitarios (as), a los diferentes departamentos de la Universidad, como por ejemplo el Departamento de Registro y Administración Financiera y a las instituciones del Estado.
Ahora la veterana es una muda pieza de museo, pero es de imaginar el entusiasmo y curiosidad que despertó la que fuera la primera computadora científica del país y de Centroamérica, y también la primera que tuvo la UCR.
A su llegada al país capturó la atención y curiosidad de la prensa, la comunidad nacional y estudiantil, los científicos y el gobierno de nuestro país.
Por eso es que ahora el Museo de la Universidad de Costa Rica (museo+UCR), que es una unidad especial de investigación de la Vicerrectoría de Investigación decidió conservarla y exhibirla al público.
La computadora se adquirió en 1968 por iniciativa de la UCR, cuando era rector precisamente Carlos Monge Alfaro. El equipo se compró por medio de un préstamo de $76 mil a la empresa IBM que la vendió con un descuento del 60%.
Se trata de de una computadora IBM-1620, de la cual solo se conserva la unidad central, ya que todas sus partes pesaban tres toneladas y ocupaban toda el área de un aula completa.
Los alumnos de ingeniería que en el segundo semestre de 1969 llevaron el primer curso FORTRAN, que era el programa que utilizaba la computadora, propusieron bautizar con un nombre a la computadora. Cada uno propuso uno y triunfó “Matilde”, como se le conoce a esta reliquia tecnológica hasta la fecha.
Este equipo de cómputo pertenecía a la segunda generación de computadoras que podían realizar operaciones matemáticas a una velocidad nunca vista antes, por ejemplo tres mil sumas en un segundo. Lo mejor era que lo hacía sin intervención ni errores humanos.
Matilde” era una computadora poderosa para la época, permitía la entrada de datos, así como su procesamiento, sólo en lotes por medio de tarjetas perforadas, como lo señala la reseña que la acompaña en la exhibición.
Ahí se afirma que al principio “Matilde se ubicó en el Centro de Cálculo Electrónico de la Escuela de Ingeniería Eléctrica y Mecánica ; ofrecía servicios a los investigadores universitarios, a los diferentes departamentos de la Universidad, como por ejemplo el Departamento de Registro y Administración Financiera y a las instituciones del Estado”.
Señala además que Matilde “fue uno de los instrumentos para modernizar la enseñanza, la investigación, los sistemas de contabilidad y el análisis de registros.”
Matilde pasó a formar parte de la comunidad universitaria y se convirtió en uno de sus personajes. Uno de sus principales atractivos en ese momento fueron los juegos que poseía, de los cuales disfrutaron desde estudiantes hasta altos funcionarios. Incluso hasta se llevaron a cabo concursos para ver quién le ganaba a la computadora.
Los universitarios de la época que estuvieron más cercanos a Matilde fueron Mario Feoli, director del Centro de Cálculo que posteriormente se convirtió en el Centro de Informática (CI). También el ingeniero Raúl González y los entonces estudiantes Héctor Monge, Jorge Rojas y Rafael Chacón, así como la secretaria y perforadora de ese Centro Vera Mora.
Cuando Matilde ya no daba abasto con el trabajo, llegó su hermana menor “Clotilde”, en 1974. Era una computadora nueva IBM 360.40. Era de arquitectura llamada “tipo 360-370” llegó a dominar un 70% del mercado mundial de computadoras en la segunda mitad de la década de los 60.
Clotilde era una generación más avanzada y rápida que Matilde y tenía un costó $1 millón (sí la cifra es correcta!), pero fue prestada a la UCR por la IBM e instalada sin cobrar nada a la Universidad, ni siquiera un alquiler.
Matilde siguió utilizándose en tareas secundarias, sin embargo dejó de utilizarse en 1980. Incluso cuando fue retirada de servicio los estudiantes hicieron un bullicioso desfile por el campus en el que cargaron a Matilde en un carro de carga y utilizaron pancartas y todo para despedir a la vieja computadora.
Unos años después Clotilde también ya no era suficiente para la cantidad de información que debía procesar la Universidad y fue devuelta al fabricante y remplazada por equipo de cómputo más nuevo y moderno.
La vieja computadora Matilde ahora es una curiosidad tecnológica que usted puede observar en la entrada principal de la Biblioteca Carlos Monge Alfaro en la Ciudad Universitaria Rodrigo Facio.
CARACTERÍSTICAS TÉCNICAS DE “MATILDE” |
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