La Asamblea Legislativa de Costa Rica es una de las instituciones peor calificadas del país. Así lo confirman numerosos estudios realizados en los últimos años, incluyendo la Encuesta de Opinión realizada en agosto del año pasado por el Centro de Investigación y Estudios Políticos de la Universidad de Costa Rica (CIEP-UCR).
La investigación analiza la integración de la Asamblea Legislativa de Costa Rica desde 1949 hasta el 2014.
Esta situación responde a múltiples factores, uno de ellos puede estar relacionado con las fuertes distorsiones en la conformación histórica del Primer Poder de la República con respecto a la realidad de la sociedad costarricense.
Los investigadores Steffan Gómez Campos y Mario Herrera Rodríguez del CIEP realizaron un estudio sobre el perfil de la representación política en la Asamblea Legislativa en 16 periodos legislativos, desde 1949 hasta el 2014. En total recopilaron información de 963 legisladores (as).
El estudio muestra que existe poca correspondencia entre el perfil de la representación parlamentaria y las características socio-demográficas del país, lo que significa que hay grupos, sectores y segmentos de la población que están sobre-representados en detrimento de otros que ostentan escasa representación parlamentaria.
Durante el período estudiado el Congreso ha estado conformado por 275 profesionales en derecho, 122 educadores, 110 comerciantes, 95 profesionales en medicina y 89 personas con profesiones en economía y administración.
De las dieciséis administraciones estudiadas, en quince de ellas los abogados han sido el principal grupo de legisladores al agruparlos por área profesional. Únicamente entre 1986 y 1990 los abogados y abogadas representaron el segundo grupo más importante, por debajo de los educadores.
Los otros dos grupos en importancia son precisamente los educadores y quienes se han dedicado al comercio. En el caso de éstos últimos, los legisladores comerciantes fueron el segundo grupo más importante entre 1949 y el período 1974-1978.
A partir de ahí, con la nueva conformación del Congreso en 1978, los educadores han desplazado a los comerciantes y se han constituido en la segunda profesión más frecuente de llegar a la Asamblea Legislativa. El área de medicina y salud ha sido una de las más constantes en toda la serie de tiempo.
Otro aspecto relevante tiene que ver con la conformación histórica de la Asamblea Legislativa por sexo. Del total de legisladores, 832 son hombres y 131 mujeres, con lo cual la proporción de mujeres en toda la serie histórica ha sido de tan sólo un 13,6%.
No obstante, se observa una mejora de la representación femenina en los últimos años debido sobre todo a cambios que se han dado en la legislación nacional para asegurar el acceso de las mujeres al Congreso.
Entre los cambios normativos destaca la reforma al Código Electoral de 1996 que estableció la cuota del 40% para puestos de representación femenina, y posteriormente, la reforma del 2009 con el nuevo Código Electoral, que instauró la paridad de género con el mecanismo de alternancia.
La mayor cantidad de mujeres en un período han sido 25, incluyendo legisladoras que entraron como suplentes. Esto ocurrió durante la administración 2006-2010. Por su parte, anterior al periodo 1982-1986, las mujeres que pasaron por el Congreso nunca fueron más de cinco por administración, lo cual muestra una fuerte sub representación femenina.
Los investigadores lograron contabilizar 269 legisladores (as) con conexiones familiares, decir, un 28% de los diputados desde 1949 tienen vínculos familiares. Aunque el promedio sigue siendo relativamente bajo, es interesante el comportamiento por provincia y partido político. Se observa que Guanacaste y Alajuela son las circunscripciones donde hay mayor proporción de legisladores emparentados.
En el caso de Guanacaste el 44,2% de todas las curules elegidas en esa provincia han estado ocupadas por personas con vínculos familiares legislativos, lo cual denota una alta concentración del poder en familias políticas en esa Provincia.
El caso contrario es Limón, dónde sólo un 12,9% de los puestos al Congreso han estado ocupados por diputados con vínculos familiares entre sí. Al cruzar esto con datos sobre reelección, se observa que San José es donde existe una proporción más similar –y relativamente alta- de diputados con vínculos familiares y que se han reelegido.
De acuerdo con los investigadores, uno de los aspectos que marca amplias disparidades es la representación por sexo, comparado con la distribución de personas hombres y mujeres en todo el país.
A manera de ejemplo en el censo de 1963 el país tenía una proporción de 49,9% de mujeres, pero los Congresos entre 1949 y 1962 sólo lograron elegir, en promedio, un 2,8% de mujeres. Esa disparidad comenzó a reducirse en los últimos años, aunque todavía está por debajo de la realidad en la sociedad costarricense de acuerdo con los datos censales.
Los investigadores (as) también analizaron la conformación parlamentaria según la edad. Para ello agruparon los legisladores (as) en tres grupos etarios: Jóvenes: 25-34 años, Adultos:35-64 años y Adultos mayores: 65 años y más.
Al comparar la edad de los legisladores con los datos censales del país en los diferentes períodos, se evidencia que ningún grupo etario ha mostrado una buena representación con respecto a la conformación de la sociedad costarricense.
Los jóvenes han estado históricamente sub representados y su comportamiento en el tiempo ha tendido a empeorar, según afirman los autores del estudio.
Este grupo etario ha obtenido menos de la mitad de las diputaciones que les correspondería en un escenario de representación perfecta.
Los adultos mayores muestran una mejor representación, aunque también están subrepresentados. Sin embargo en las últimas tres décadas cada vez son más los legisladores con edades superiores a los 65 años.
El único grupo que ha mantenido una buena representación, con tendencia a la sobrerepresentación, es el de los adultos de 35 a 64 años.
Los investigadores también analizaron el tema de la reelección y determinaron que existe poca propensión a reelegirse. Esto está relacionado con el hecho de que en nuestro país no existe la carrera parlamentaria.
Los datos muestran que no hay fuertes concentraciones de poder en una persona, pues solo uno de cada cuatro curules han estado ocupadas por legisladores (as) que han llegado más de una vez al Congreso.
Finalmente, en lo relativo a la presencia de extranjeros en la Asamblea Legislativa, los investigadores determinaron que durante el período de estudio se eligieron 24 legisladores nacidos fuera del país, lo que representa un 3% de los puestos sobre los que existe información.
Con excepción de dos legisladores de procedencia española, todos los demás nacieron en países de América o el Caribe. El país con mayor representación en el Congreso a lo largo de la historia ha sido Nicaragua, seguido por Aruba y Honduras.
Para más información comunicarse con Steffan Gómez al correo-e: steffangc@gmail.com o sgomez@estadonacion.or.cr
El M.Sc. Steffan Gómez Campos, profesor de la Escuela de Ciencias Políticas e investigador del CIEP y del Estado de la Nación, es uno de los autores del estudio.