Investigadores (as) de la Universidad de Costa Rica (UCR) y ambientalistas de organizaciones no gubernamentales crearon en el 2013 la Red Integral de Tortugas Marinas (RITMA) para investigar y promover su conservación.
Dr. Federico Albertazzi Castro, director del CIBCM y la M.Sc. Astrid Sánchez Jiménez, investigadora del CIMAR, liberando una tortuga carey luego de su muestreo en bahía Matapalito, península de Santa Elena, Costa Rica.
La iniciativa es una plataforma para el intercambio de conocimiento entre Costa Rica y otros países del Pacífico Tropical Oriental orientada al estudio de las tortugas marinas (verde y carey) y a la toma de decisiones de importancia para el manejo y la conservación.
La Red busca tener más información sobre los lugares de anidación y alimentación de las tortugas marinas, caracterizarlas genéticamente, realizar actividades de capacitación en las comunidades y apoyar iniciativas de conservación, incidencia política y manejo integral de tortugas.
Las tortugas juegan un papel importante en el ecosistema marino al controlar el crecimiento de organismos como esponjas y algas, también proveen alimento y refugio para otros grupos en la cadena alimenticia y constituyen una valiosa fuente de ingreso para las comunidades por concepto de turismo.
Uno de los objetivos de la investigación es generar conocimiento sobre la alimentación de las tortugas carey (Eretmochelys imbricata) y verde (Chelonia mydas), en especial sobre la disponibilidad de los recursos alimenticios en el medio marino durante las diferentes etapas de desarrollo. Esta información podría facilitar la elaboración de estrategias de conservación específicas según cada etapa de desarrollo.
Los investigadores ya han identificado un número importante de sitios de alimentación, algunos desconocidos anteriormente, en el Pacífico norte de Costa Rica, en lugares como bahía Matapalito, cabo Blanco, punta Coyote y golfo de Nicoya (cerca de la isla Chira). Algunos de esos sitios están habitados por las dos especies, la tortuga carey y la verde.
El proyecto pretende determinar la estructura poblacional en cada uno de los sitios, los orígenes natales y sus hábitos alimenticios y relacionar esto con los sitios de anidamiento.
Uno de los hallazgos más importantes de los investigadores es que lograron determinar que bahía Matapalito, en la península de Santa Elena, es un sitio de alimentación para tortugas que vienen del Pacífico occidental, alrededor de Polinesia (las tortugas de ambos lados del Pacífico se diferencian genética y morfológicamente). Esto significa que algunas tortugas verdes recorren más de doce mil kilómetros para llegar a nuestras costas.
Este descubrimiento fue posible gracias a los análisis genéticos realizados en el Centro de Biología Celular y Molecular (CIBCM). Además, este Centro de Investigación se convirtió en el primero en Centroamérica en realizar el análisis genético de la tortuga carey para conocer sus orígenes natales.
Según explicó la M.Sc. Maike Heidemeyer, investigadora de la Red RITMA, los análisis genéticos permitieron establecer que la tortuga carey, a diferencia de la verde, tiene muy baja diversidad genética, lo que compromete su sobrevivencia a largo plazo.
En bahía Matapalito hay un arrecife vivo en recuperación con una bahía protegida y poca profundidad donde se han encontrado las tortugas carey pequeñas. Los investigadores piensan que luego de alcanzar cierto tamaño en mar abierto, las tortugas regresan a lugares como este porque ofrecen recursos alimenticios para su desarrollo.
Mientras que en lugares como punta Coyote, que es un arrecife rocoso muy expuesto a las olas, sí se han encontrado tortugas carey más grandes. De hecho este parece ser un lugar casi exclusivo de la tortuga carey, ya que se han encontrado muy pocas tortuga verdes, las cuales probablemente usan este sitio como paso.
En el 2012 los investigadores lograron identificar dos sitios de anidación de la tortuga verde en el Parque Nacional Santa Rosa, específicamente en Isla San José y Playa Colorada. Este parece ser el sitio de anidación de tortuga negra más importante de todo Centroamérica. Para Heidemeyer, esto confirma la importancia de conservar los sitios de anidación y alimentación de las tortugas carey y verde, ya que no solo lo utilizan las tortugas del Pacífico oriental, sino que vienen tortugas de todo el Océano Pacífico.
Basados en una publicación previa, los investigadores identificaron que las tortugas carey de punta Coyote se alimentan de ascidias Rhopalaea birkelandi (cordados primitivos), y esponjas marinas (Geodia sp.), posiblemente debido a la amplia disponibilidad del primer grupo en los arrecifes rocosos de la zona y por el valor nutricional del segundo grupo (rico en proteínas).
Estos resultados, contenidos en la tesis de la investigadora de la Red, la M.Sc. Astrid Sánchez Jiménez, investigadora del CIMAR actualmente en Alemania, resaltan la importancia de enfocar los esfuerzos de manejo en las tortugas, pero también en sus hábitats de alimentación.
En el caso de la tortuga verde aún se necesitan más análisis para determinar de qué se alimentan, para lo cual se están evaluando alternativas como el análisis de isótopos estables.
Las tortugas marinas enfrentan múltiples amenazas. Los principales problemas identificados por los investigadores son la contaminación ambiental, la pesca por redes de arrastre, la sobrepesca, la matanza de tortugas y el saqueo de huevos.
Pero sin duda una de las mayores preocupaciones es la pesca. Para Heidemeyer, quien recién acaba de defender su tesis de posgrado sobre la tortuga verde en la isla del Coco, la pesca es la principal amenaza, pero la escala de la pesca varía en cada uno de los diferentes sitios estudiados. Si bien la tortuga no se pesca directamente, muchas veces son atrapadas de manera incidental dependiendo del arte de pesca que se utilice.
Distintos sectores de las comunidades de punta Coyote y alrededores (península de Nicoya), se han interesado en hacer uso sostenible de los recursos marinos, debido a la amenaza que representa la pesca de camarón con redes de arrastre y la falta de ordenamiento de otras actividades económicas y pesqueras.
En este sentido, parte de la investigación de la M.Sc. Astrid Sánchez, se ha centrado en comprender la percepción de distintos sectores de la comunidad de punta Coyote sobre el uso y manejo de los recursos marino-costeros de la zona.
En general, las personas consultadas han planteado soluciones concretas con viabilidad de ser implementadas y que parecen reflejar conocimiento e interés en la problemática ambiental de la zona.
Una de las propuestas es la creación de un Área Marina de Manejo, bajo la administración del Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE). Planteamiento que tiene el potencial de proteger el hábitat de alimentación de las tortugas y brindar beneficios económicos y ambientales a las comunidades involucradas.
La Red busca generar una mayor conciencia en las comunidades costeras relacionadas directa o indirectamente con las tortugas marinas, también brindar recomendaciones de manejo a las autoridades nacionales y tomadores de decisiones.
La idea es que los resultados de sus estudios no se queden en los laboratorios y por eso se organizan charlas con los pescadores y grupos comunales para que ellos también colaboren en la protección de las tortugas y entiendan que eso puede contribuir con el medio ambiente y mejorar sus condiciones de vida.
Las investigaciones también divulgan los resultados de los estudios en foros y congresos internacionales como el 34° Simposio Internacional de Tortugas Marinas en New Orleans, EEUU (2014), en el IV Taller de Isótopos Estables en Tortugas Marinas durante el 35°Simposio Internacional de Tortugas Marinas, en Turquía (2015), y en el Simposio de Posgrados en Biología, Universidad de Costa Rica (2015).
Además, se han generado dos tesis de posgrado, una de la Maestría Académica en Biología con énfasis en Genética y Biología Molecular y otra de Maestría en Gestión Integrada de Áreas Costeras Tropicales (GIACT), así como varias publicaciones académicas en revistas científicas en preparación.
Para la M.Sc. Heidemeyer el trabajo en Red ha potenciado las investigaciones sobre tortugas porque ha permitido un abordaje más integral y un trabajo más eficiente. “Esto no se había podido hacer antes porque faltaba interrelación entre las personas que estudiaban las tortugas y esa coordinación ha sido posible por medio de la Red. Lo que hicimos fue crear un canal entre la academia y los grupos que trabajan en el campo”, explicó la investigadora.
En la Red RITMA participan investigadores del Centro de Investigaciones en Ciencias del Mar y Limnología (CIMAR), el Centro de Investigaciones en Biología Celular y Molecular (CIBCM), el Programa de Restauración de Tiburones y Tortugas Marinas (PRETOMA), Wider Caribbean Sea Tortule Conservation Network (WIDECAST), Biocenosis Marina (BIOMA) y Paso Pacífico de Nicaragua.
Pero el trabajo colaborativo se ha extendido, y ahora participan también investigadores de la National Oceanic and Atmospheric Administration (NOAA), EEUU, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad del Valle de Guatemala, la Universidad de Quito, la Universidad de Chile y otras.
La Red RITMA, es coordinada por el Dr. Álvaro Morales Ramírez, director del CIMAR, quien destacó la importancia actual del trabajo en redes, especialmente en el tema de la conservación marina, que posibilita la cooperación internacional, y resaltó la gran visión de la Vicerrectoría de investigación al crear el Fondo de Apoyo a Redes Temáticas. Dicho Fondo otorga hasta ¢10 millones de colones para el funcionamiento de las Redes.
Para más información sobre el trabajo de la Red puede ingresar a la página de Facebook: RedRITMA, o contactar a:
Álvaro Morales, alvaro.morales@ucr.ac.cr, CIMAR (506) 25112203
Maike Heidemeyer,(506) 8310-9813, maike.heidemeyer@ucr.ac.cr
Astrid Sánchez, astrid.sanchezjimenez@ucr.ac.cr